Historia conjunta en el forum...

simply_gabriela

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Sep 5, 2006
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Vi la seccion de literotica en Ingles, y me gustaria intentar algo similar aqui.. ¿ Alguien se anima?
 
Situacion: Una bella arquitecta de 35 años esta en una entrevista, junto con otras personas, para tratar de entrar a una importante constructora.

Protagonista: Gabriela, 1.76, soltera, cabello rojo largo, ojos verdes. Bella y algo narcicista. Es muy dominante, y se salio de su anterior trabajo por conflictos con sus compañeros, ya que tiene a veces actitudes de diva.
 
secretaria de el jefe de la constructora invita a Gabriela a pasar a la oficina..

secretaria : Sra. Gabriela, el jefe esta listo para usted.. acompañeme a la oficina porfavor..

gabriela sin contestar se levanta y se dirije a la secretaria..

gabriela : Es Srta para qe lo sepas!! y no me des ordenes, vete acostumbrando que pronto yo te mandare..
 
"Por fin..." Pienso, mientras agarro mi portafolios y camino en direccion a la oficina. "¿Que no saben quien soy yo? Carajo.. no deberia de estar esperando como cualquier persona, en la sala esa..." Sonrio de forma fingida a la secretaria, mientras entro a una oficina bastante elegante, y veo con sorpresa que... esta vacia. En fin.. pienso, a ver cuando deciden atenderme.

Me siento lentamente en una de las sillas, y decido usar mis armas femeninas para mejorar mis "posibilidades". Cruzo las piernas y subo un poquito mas mi falda, para mostrarlas mejor. Tambien me aseguro que mi escote este un poco mas abierto, enseñando mis encantos.

Sin mas por hacer, me quedo esperando...
 
... tras 10 minutos de espera, su postura ya no era tan erguida y su ego estaba transformando en rabia la falta de paciencia que la caracteriza.

Cuando estaba a punto de levantarse, una puerta disimulada en el artesonado de la pared del fondo se abre...

Gabriela vuelve la mirada con la intención de protestar con desdén y ve que entra un hombre, unos cuarenta y tantos bien llevados, moreno, pelo negro rizado, alto y ancho de hombros, ojos negros como el carbón y una mirada que podría hacer que cualquier mujer se derritiera... cualquiera menos ella, ¡por supuesto!
Con una sonrisa que le iluminaba los ojos y una forma de caminar que demostraba que era un hombre seguro de si mismo, así como ágil y en buena forma, se acercó a ella tendiéndole la mano.

- Hola, mi nombre es Angel, lamento haberla hecho esperar. Soy el director de proyectos de la empresa. Encantado de conocerla.
 
"Hola.. mucho gusto.. " Contesto Gabriela mientras le extendia su mano a su enigmatico entrevistador, tratando de ocultar su evidente enojo ante la demora.

Para sorpresa de ella... vio que sus facciones no estaban nada mal. Usualmente, en sus entrevistas previas, la habian atendido tipos espantosos, con una clara lujuria en la mirada, que incluso le habian hecho algunas propuestas indecorosas...

Pero habia algo diferente con Angel. De un tipo ligeramente arabe, Gabriela vio que su entrevistador tenia una actitud de total seguridad y control, lo cual la hizo sentir un delicioso calorcito en su interior. No estaba acostumbrada a eso.

Quizas esta no seria una experiencia tan mala, penso, pues seguramente trabajar con este tipo puede llegar a ser interesante.

"Y.. Angel.. Bueno, antes que nada.. ¿Puedo tutearte?" Dijo Gabriela con una actitud calmada, mientras se sentaba lentamente y cruzaba sus bellas piernas a un costado. "Me gustaria saber si pudiste ver mi informacion..."
 
-Por supuesto que puedes tutearme, es más, es costumbre de esta empresa que todos los empleados se tuteen, desde el Director general hasta el botones. Hace las relaciones más fluidas y genera un ambiente de camaradería.

Una sonrisa medio disimulada asomó a su cara y en sus ojos brillaron con un pícaro y burló gesto.

-He leido su curriculum y estoy gratamente impresionado. Pero, ya que creo que cualquiera puede poner cualquier cosa en un papel, preferiría hacerme una idea más directamente. Por favor, hábleme de usted, tanto profesional como particularmente. Por supuesto todo lo que diga será confidencial.

Gabriela pensó que cada vez que este hombre decía "por favor" con esa sonrisa, le estaba dando una orden que no era capaz ni de pensar en desobedecer...
 
Sonriendo un poco, Gabriela comenzo a hablar de su pasado profesional.

"Bueno.. he sido directora de planeacion en Goldwin Arquitectos durante casi 8 años, aunque al final tuve unas diferencias creativas con la gerencia, y decidi seguir mi propio camino... "

Pero habia algo que la tenia inquieta. No sabia que era exactamente, pero por alguna razon, se sentia acalorada. Que raro, penso, estaba perfectamente bien hasta hace unos segundos.

Y.. no era solo eso. Al hablar Angel.. de alguna forma.. sentia como que sus palabras resonaban en el fondo de su mente. Tonterias, penso Gabriela.. quizas estoy nerviosa. Si... seguramente es eso..

Tratando de ignorar el tema, Gabriela miro coquetamente de nuevo a Angel, escuchandolo hablar de algunos temas de la empresa.
 
"Bonitas cuerpo, pero es demasiado orgullosa y pagada de si misma." pensaba Angel mientras le contaba la estructura organizativa de la empresa."Me la imagino con un bonito corset hecho con la cuerda negra que tengo en el cajón de la mesa, atada de pies y manos y recibiendo una buena azotaina..."
- Creo que puedes encajar en esta empresa. De momento, estarás directamente bajo mis ordenes, quiero seguir tu evolución de cerca. ¿Tienes alguna pregunta o sugerencia que quieras hacerme?
 
Al oir esto, la naturaleza vanidosa y arrogante de Gabriela entro en accion.

"Si.. bueno, creo que necesitare algo de ayuda, como un chofer, una asistente personal, y tener total autonomia en mi area.. "

Sonriendo sensualmente, Gabriela miro a Angel durante unos segundos con una actitud triunfal, ya que, segun su ego, era evidente que cualquier persona racional no solo la contrataria, sino que se moriria por complacer cada uno de sus caprichos.

Al parecer, habia ganado una batalla mas. Pero algo en el fondo no estaba del todo bien. Angel la observaba de una forma peculiar. ¿ Habria algun problema al aceptar este empleo?
 
- Veo que vives muy cerca de mí, así que pasaré a recojerte cada mañana, ni siquiera yo tengo chofer en esta empresa. Respecto a la autonomía, tengo por costumbre supervisar TODO lo que se hace en esta empresa y no voy a hacer una excepción en tu caso. De momento, trabajarás en el despacho de al lado y más adelante revisaremos tus peticiones. En cuanto al asistente personal, más bien tu serás mi asistente personal por ahora, más adelante ya veremos como evolucionas.
La cara de Gabriela pasó en un momento del rojo sanguíneo al blanco más absoluto. ¡Aquel hombre le estaba negando sus peticiones! ¡Y el muy cabrón aún sonreía! La verdad es que el sueldo era muy bueno y sus ahorros estaban acabándose. Bien espera unos días y caerá rendido a tus pies.
 
Gabriela se mordio los labios ligeramente, de coraje. No estaba acostumbrada a que nadie le niege nada.. y menos alguien del sexo masculino. Como sea, haciendo acto de toda su capacidad camaleonica, trato de mantenerse calmada y fingir que no le afectaba la situacion...

"Bueno.. si, tienes razon, Angel.. yo por eso decia que si me apoyas con esas cosas, quizas mi trabajo seria un poco mejor, pero.. no te preocupes.."

Gabriela coloco sus brazos en la mesa, y se inclino ligeramente hacia adelante, mostrando un poco mejor su generoso escote. Quizas, penso, este tipo solo necesita un poco de "motivacion".

"Entonces.. ¿Mi oficina sera aqui al lado?"
 
"Si, justo aquí a lado. Quiero controlarte de cerca. Si te escapas demasiado tendría que atarte." Dijo con esa media sonrisa que la ponía cachonda y se acercó un poco a ella. Olía a hombre y sus ojos transmitían una fuerza que no podía resistir. "Vamos a ver tu despacho." Dijo haciendo un anticuada pero galante gesto con la mano.
El despacho en cuestión era amplio, con vistas al parque que estaba junto al edificio. Una mesa de despacho con su ordenador, una gran mesa de dibujo y una pequeña mesa de salita con un sofá eran todo el mobiliario. Había anaqueles para libros y un montón de anclajes en las paredes que no llegaba a adivinar para que podían servir, aunque pronto lo sabría.
 
Gabriela camino lentamente alrededor de su nueva oficina, mirando con una absoluta satisfaccion el decorado, las vistas, los muebles.. en fin, todo. Mientras lo hacia, noto de reojo que Angel no le quitaba la vista de encima a sus piernas.

Sonriendo apenas, y sabiendo del efecto que su pequeña y ajustada faldita tenia en los hombres, procuro caminar frente a el constantemente para tentarlo un poco mas.

En eso estaba, en sus actitudes coquetas, cuando vio los amarres en la pared. Que raro.. penso, que sera eso?

"Esta muy agradable todo, Angel.. pero... ¿Que es eso en la pared?" Pregunto inocentemente.
 
- Lo sabrás cuando te portes mal... o muy bien. ¡Te recuerdo que la curiosidad mató al gato!- Dijo soltando una carcajada. Su risa era clara y fuerte.- Me gusta tu ropa, realza tu figura, parece que te mantienes en forma. Seguro que estás acostumbrada a que los hombres caigan rendidos a tus pies.- Comentó mientras se sentaba en el sillón de alto respaldo tras la mesa. La luz a sus espaldas impedía verle bien el gesto de la cara.
 
Habia algo en la forma en la que Angel decia las cosas que la hacian sentirse inquieta. Primero, lo de controlarla. Despues, lo de portarse bien. Lo decia de una manera tal que.. no se, con tanta seguridad...

Y de forma inesperada, al oir el ultimo piropo acerca de su ropa, Gabriela no pudo evitar sonrojarse un poco.

"Gracias.. Angel. Procuro hacer ejercicio todos los dias.. siempre he creido que una mente sana..bueno, ¿Para que te platico, si obviamente tu estas en una excelente condicion tambien.. ?" Dijo Gabriela jugando coquetamente con su cabello mientras se reclinaba de una forma sensual en un costado del escritorio.

"Por cierto.. acerca de lo de pasar por mi en la mañana.. ¿A que hora abre la oficina?"
 
-A las 08:00 en punto de la mañana. Acabaremos habitualmente a las 15:00. Aunque algún día tendremos que quedarnos hasta tarde, o hasta muy tarde.- Su forma de decir las horas sonaba como muy militar, pero bueno, ya se sabe que todos los hombres se creen soldaditos. - Pasaré por tu casa a las 07:10, espero que estés preparada...
"Otra vez esa sonrisa... y el muy cabrón solo me mira a los ojos, ¿No se da cuenta de que tengo tetas? ¿Preparada?"
 
"Bueno.. a esa hora estare lista.." Contesto Gabriela, sin entender el porque sus encantos femeninos no tenian del todo su efecto en su nuevo jefe. Decidio probar con una pregunta con un poco de doble sentido..

"Y.. ¿Debere ponerme algo en especial para venir al trabajo?"

Gabriela miro fijamente a Angel, analizando al milimetro su posible reaccion.
 
- Si, un poco de perfume, como diría Marilyn Monroe. El resto... a tu discrección, pero no me gusta que las mujeres usen pantalones.
-¿Debo considerarlo una orden de mi jefe? Contestó poniendo pucheritos.
Otra vez la sonrisa...
-Todo lo que yo te pida puedes considerarlo una orden, pronto aprenderás a disfrutar de ello.
 
"Bueno.. me pondre solo faldas.. ¿Pueden ser de cualquier tamaño?" Pregunto picaramente Gabriela.

Como su jefe estaba sentado a contraluz de la ventana, Gabriela tenia problemas viendo como estaba reaccionando a sus insinuaciones. ¿Estaria progresando el asunto, o mejor lo dejaba por la paz?

Lentamente se levanto, y camino en direccion de la pared con los amarres. Con curiosidad, comenzo a inspeccionarlos de cerca, asegurandose como era usual en ella inclinarse sensualmente un poco mas de lo debido para resaltar mejor su curvilinea figura.
 
- Siembre sobre la rodilla, no demasiado ceñidas. Por cierto, cuando te sientes frente a mí, no cruces las piernas. ah! Y no tienes permitido fumar, ni siquiera en tu tiempo libre.
 
Gabriela volteo a mirar a Angel lentamente al oir lo de no cruzar las piernas. ¿Habia oido bien? Apenas acababa de entrar a este nuevo trabajo, y ya su jefe le estaba insinuando cosas?

Bueno, penso, al menos es humano. Llevaba ya un buen rato coqueteando con el, y no habia visto ninguna reaccion.

"Y dime, siendo tu asistente.. ¿ Cuales serian mis funciones?"

Gabriela camino lentamente en direccion de su jefe, y con un poco de picardia se reclino en el escritorio... sin cruzar las piernas.
 
- ¿Las funciones de mi asistente? Hasta ahora siempre han sido las habituales, pero en tu caso haré una excepción. Tu tendrás que cumplir todas y cada una de mis ordenes. Veo un gran potencial en tí, tendremos que sacarlo a relucir de una forma u otra. Por cierto, delante de la gente, puedes llamarme Angel, pero a partir de ahora y hasta nueva orden, en privado me llamarás, Señor. ¿Entendido, Gaby?
 
"..S..señor...?" Pregunto Gabriela con una visible inquietud en su voz. Esto era como un retroceso para ella, porque segun su forma de pensar, Angel estaba poniendo distancia entre los dos.

"Bueno.. Señor.. si asi le gusta que lo llame.. asi lo hare.." Dijo resignada Gabriela, levantandose del escritorio inmediatamente y bajandose muy discretamente la faldita traviesa, que se habia subido un poco.
 
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