Creatividad sin límites

trisquel_astur

Literotica Guru
Joined
Aug 26, 2005
Posts
2,939
Abro un nuevo thread para el juego de rol que Katamari Roller y yo hemos comenzado.

Sed buenos con vuestras críticas.


"Bueno, supongo que eso ayudaría..."

Sonrío, y me ajusto un poco las gafas con mi mano derecha al mismo tiempo que camino hacia el sofá que está en el centro de la habitación. Llevo una blusa gris que no hace mucho para esconder mis voluptuosas formas, con los primeros botones desabrochados mostrando un prometedor canalillo, y una falda negra que tiembla de una manera incitante sobre mis caderas con cada paso que doy. Mis zapatos de tacón clican sobre el suelo, hasta que me siento a un lado del sofá y cruzo una laaaaarga pierna sobre la otra. Otra cosa no seré, pero alta...

"¿Y tú qué, Bruno?" Pregunto con cierto retintín, mirándole de soslayo. "¿Tú no vas a hacer nada?" Lentamente, cruzo mis brazos por debajo de mis generosos pechos para colocarlos como si mis brazos fueran una estantería para ellos. Al mismo tiempo, enarco mis cejas, mirándole fijamente...

Desde mi silla en un rincón en sombras observo como se adentra en la habitación con esa suficiencia que suele adornarla. No me ha visto y eso me ha dado la oportunidad de observar detenidamente su cuerpo hecho para el pecado. Esa yegua está pidiendo a gritos que la domen, pensé.

- Buenas tardes, Kat. Veo que llevas el pelo más largo y la falda igual de corta. ¿Ya no saludas?

Mi cuello de cisne gira para que mis ojos puedan fijarse sobre el origen de esa nueva voz que no reconozco. Vaya, un tipo que está en las sombras... ¿acaso necesita esconderse?

"Yo sólo saludo a la gente que conozco... y no creo haber hablado nunca antes contigo..." Sonrío pícaramente, provocándolo.

-Deberías, Kat, deberías. Bruno, vete a tomar un café. Yo me hago cargo de este asunto.

Bruno salió del despacho sin decir ni una palabra. El extraño desconocido se levantó y se dirigió lentamente hasta quedar frente a Kat.

- He comprado esta empresa y ahora trabajas para mi. Han pasado 15 años, Kat y el tiempo ha sido benévolo con tu cuerpo, pero veo que sigues siendo la zorra implacable que eras. ¿Puedo ayudarte con eso tan importante que tendría que hacer Bruno?

- ¡Miguel! - susurró ella dándole un vuelco el corazón.

De pie ante ella estaba el muchacho con el que había tonteado en su pubertad, ahora convertido en un hombre hecho y derecho. Alto, fuerte, pelo negro muy corto y perilla... pero los oscuros ojos que ahora la miraban sonriendo cínicos eran los mismos que la habían mirado con adoración y que habían llorado cuando lo dejaron. Ahora no parecía que fuesen a volver a llorar... ni que fuese inteligente intentarlo.

Aprieto mis manos entorno a mis brazos. No me gusta nada el giro que ha tomado esto. A nadie le gustaría tener a un ex como jefe en la empresa, y menos a uno como Miguel. Incluso menos aún cuando obviamente te guarda rencor, ¿y porqué? Por tonterías. Por flirtear, como hacen todos los adolescentes. Y bueno, yo tenía (y tengo)... un buen par de razones para flirtear. Inmediatamente, empiezo a abrocharme los botones de la blusa.

"No estoy para bromas, Miguel. Déjame en paz." Digo muy malhumorada y frunciendo el ceño.

-¿Ni siquiera un "Hola, Miguel ¡cuanto tiempo!". Bien, si seriedad es lo que quieres...

Miguel rodeó la mesa y tomó asiento con esa media sonrisa que lo hacía tan atractivo. Tecleó unos instantes y giró la pantalla del ordenador hacia Kat.

- Como Directora Creativa de la firma necesito que te hagas cargo de la nueva imagen corporativa. Trabajarás directamente bajo mi supervisión. Eso puede ser tomado como un ascenso, pero no te lo creas todavía, aún tienes que ganártelo. Mañana tenemos una reunión con la cúpula de la empresa en la sede de París, así que prepárate. Viajaremos esta tarde en el jet privado de la compañía, a las siete. ¿Alguna pregunta?
 
Last edited:
Miro la pantalla con tanto asco en mis ojos como miraría a Miguel si me atreviera en ese momento. Por supuesto que me encanta la idea de viajar a París, pero menuda compañía. "¿Y los billetes? ¿Y cómo iremos al aeropuerto?"
 
- Kat, Kat, Kat... No me escuchas, ya se que esto está siendo chocante para ti, pero necesito que recuperes tu auto control. Como te decía, iremos en el jet privado de la empresa, así que no necesitamos billetes. El chofer de la compañía me va a llevar al aeropuerto, puedo pasar a recogerte por tu casa.

Miguel se levantó y rodeó la mesa, quedando de nuevo frente a ella.

- Quita esa cara de niña malcriada enfadada porque no le compran un osito de peluche. Vamos a trabajar en estrecha colaboración, así que cuanto antes lo aceptes, mejor. Esto puede ser tan fácil o tan difícil como tu quieras. Por mi parte serán todo facilidades si te portas bien, así que relájate y disfruta. Ahora tómate la mañana libre para hacer el equipaje. Estaremos tres días en París. Tengo reservadas dos habitaciones con un salón conjunto para nosotros en el MURANO Resort. Pasaré a buscarte a las 18:00. Déjale tu dirección a la secretaria. ¿Cenarás conmigo esta noche?
 
Last edited:
Hmmmm... bueno, parecía que Miguel iba en serio con lo de ser profesional, así que pienso... ¿porqué no confiar en él? Tiene razón en que es una chiquillada tener nuestro pasado tan en cuenta para algo tan serio como los negocios. Ambos somos adultos. Con un suspiro, me relajo un poco, desfrunzo el ceño y encojo los hombros en un gesto de disculpas al que en realidad no confiero mucha importancia o sentimiento.

"Vale, de acuerdo. Será lo mejor para preparar esa reunión." Digo al tiempo que cojo un post-it y empiezo a escribir mi dirección en él.
 
- Mete una falda un poco más larga que esa en la maleta, iremos a cenar a un sitio elegante y si no quieres llevar ropa interior, a mi no me va a molestar.
 
"¡Ja! ¡Me parece que te haces muchas ilusiones!" Sonreí, algo divertida con la idea de no llevar ropa interior a un restaurante, mientras apagaba el ordenador y con un firme palmazo le pegaba el post-it en el pecho a Miguel. Entonces, cogí mi bolso, colgándomelo del hombro, y salí de la oficina poniendo mucho garbo en mis pasos, casi sin darme cuenta.
 
Con una sonrisa pícara Miguel marcó un número en su móvil.
- Elena, por favor, dile a mi chofer que prepare el coche. Y llama al aeropuerto, que preparen el avión para viajar a París a las siete. Reserva mesa para dos en Le Coupe-Chou. Estaré fuera tres días, hasta entonces hazte cargo de mi correo.

El coche lo estaba esperando en la entrada cuando bajó.

- A casa, Luís. Toma esta nota, tenemos que recoger a las seis a alguien en esta dirección. Pasa por mi a las cinco y media.

- Si señor.

* * *

A las seis en punto, el coche llegó a la puerta del edificio en el que vivía Kat.

Luís se bajó del coche y llamo por el interfono.

- ¿La señorita Kat? Don Miguel la espera.
 
Back
Top